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lunes, 4 de enero de 2010

primera vez (rodrigo mundini)

Con el corazón de luna y papel, ellos se juntaron cuando caía el sol aquella tarde de verano, y mientras el crepúsculo llenaba el cielo de nostalgias y las gaviotas volaban hacia el sol ellos caminaban lentos y tranquilos por la costanera de la ciudad, hablando de sus vidas, de sus gustos, de sus familias y de sus proyectos, entonces él, que miró hacia un costado como para disimular, hizo una elipse con su mano derecha y le rozo la muñeca izquierda a ella, quien por miedo a que ese contacto no se repitiera la atrapó en el viaje de vuelta y
sus manos se hicieron una sola de repente y sus nudillos comenzaron a conocerse con la yema de los dedos de la mano ajena.
El roce era demasiado excitante para ambos, y él, hasta se animó a dibujar pequeños círculos sobre la piel de su compañera. Ante las sonrisas tímidas de la mujer, aquel muchacho advirtió que las caricias le hacían bien.
Ella dijo, soplándose la frente - que calor esta tarde no?
Entonces contestó el muchacho, sin perder tiempo ni oportunidad, - Es cierto, especial para tomar algo fresco, ¿gaseosa o helado?
- Prefiero lo segundo. Y se humedecía los labios con su lengua y se tocaba la panza.
-Elegí vos primero, caballerosamente acoto el joven
- Frutilla y limón…
- yo de vainilla y dulce de leche, dijo mientras le alcanzaba el helado a la mujer y le indicaba una mesa vacía cerca de la calle y con vista al río y al horizonte.
- Estuvo riquísimo gracias, y lo abrazó
-Es tarde, te acompaño a tu casa ¿te parece?
- bueno, vamos, gracias.
Y así recorrieron las calles desnudas, sin niños jugando por que la luna ya había ganado el cielo. Se tomaron nuevamente de la mano y hasta en un momento, él joven se animó a cruzar su brazo, flaco y nervioso, sobre la cintura de la muchachita, quien comenzó a reír y le confeso que tenía cosquillas, aunque igualmente le pidió que la dejara en ese lugar.
Por fin llegaron a la casa de la mujer y ella lo invitó a pasar.
- No hay nadie en tu casa? Pregunto el en voz baja
- Si, papa y mama, pero deben estar durmiendo, es tarde y mañana temprano trabajan. Pasa y sentate en el sofá.
Se quedaron allí un largo rato, mirándose, deseándose, riéndose, descubriéndose, hasta que por fin la pequeña moza, se animó y tomo la iniciativa.
Fue en ese preciso instante cuando ella sintió duendes en la panza y el sintió un hormigueo en el alma. Fue en ese momento, la primera vez, cuando el con sus doce y ella con sus diez, se dieron el primer beso…
Beso que por cierto no fue el último.

Y se chocaron nuevamente sus nudillos
y sus miradas tenían estrellas y lloviznas.

primera vez

Con el corazón de luna y papel, ellos se juntaron cuando caía el sol aquella tarde de verano, y mientras el crepúsculo llenaba el cielo de nostalgias y las gaviotas volaban hacia el sol ellos caminaban lentos y tranquilos por la costanera de la ciudad, hablando de sus vidas, de sus gustos, de sus familias y de sus proyectos, entonces él, que miró hacia un costado como para disimular, hizo una elipse con su mano derecha y le rozo la muñeca izquierda a ella, quien por miedo a que ese contacto no se repitiera la atrapó en el viaje de vuelta y
sus manos se hicieron una sola de repente y sus nudillos comenzaron a conocerse con la yema de los dedos de la mano ajena.
El roce era demasiado excitante para ambos, y él, hasta se animó a dibujar pequeños círculos sobre la piel de su compañera. Ante las sonrisas tímidas de la mujer, aquel muchacho advirtió que las caricias le hacían bien.
Ella dijo, soplándose la frente - que calor esta tarde no?
Entonces contestó el muchacho, sin perder tiempo ni oportunidad, - Es cierto, especial para tomar algo fresco, ¿gaseosa o helado?
- Prefiero lo segundo. Y se humedecía los labios con su lengua y se tocaba la panza.
-Elegí vos primero, caballerosamente acoto el joven
- Frutilla y limón…
- yo de vainilla y dulce de leche, dijo mientras le alcanzaba el helado a la mujer y le indicaba una mesa vacía cerca de la calle y con vista al río y al horizonte.
- Estuvo riquísimo gracias, y lo abrazó
-Es tarde, te acompaño a tu casa ¿te parece?
- bueno, vamos, gracias.
Y así recorrieron las calles desnudas, sin niños jugando por que la luna ya había ganado el cielo. Se tomaron nuevamente de la mano y hasta en un momento, él joven se animó a cruzar su brazo, flaco y nervioso, sobre la cintura de la muchachita, quien comenzó a reír y le confeso que tenía cosquillas, aunque igualmente le pidió que la dejara en ese lugar.
Por fin llegaron a la casa de la mujer y ella lo invitó a pasar.
- No hay nadie en tu casa? Pregunto el en voz baja
- Si, papa y mama, pero deben estar durmiendo, es tarde y mañana temprano trabajan. Pasa y sentate en el sofá.
Se quedaron allí un largo rato, mirándose, deseándose, riéndose, descubriéndose, hasta que por fin la pequeña moza, se animó y tomo la iniciativa.
Fue en ese preciso instante cuando ella sintió duendes en la panza y el sintió un hormigueo en el alma. Fue en ese momento, la primera vez, cuando el con sus doce y ella con sus diez, se dieron el primer beso…
Beso que por cierto no fue el último.

Y se chocaron nuevamente sus nudillos
y sus miradas tenían estrellas y lloviznas.

conoci (rodrigo mundini)

Conocí al mas niño de los hombres

Al más informal de los formales

Al más sesudo de los chiflados

Al gigante mas petizo

Al más lungo de todos los enanos

Al más tierno de los parcos

Al más oscuro de los gringos

Al más hábil de los inútiles

Al más limpio de los hippies

Al más burro de los intelectuales

Al más creyente de todos los ateos

Al más absurdo de los coherentes

Y sin embargo, yo,

No se si me conozco todavía.

domingo, 3 de enero de 2010

no fue el destino (rodrigo mundini)


                       " No fue el destino, quien nos arrimó" R.Iorio
                         "y en la calle codo a codo"M.Benedetti

No fue el destino
quien nos arrimó.
Fue el gran desafío
de un amanecer que suene eterno.

Fue la convicción
que vuelve un hecho a la utopía,
donde nuestros sueños
se hacen dinastías
y donde el día a día
hace la revolución.

Es usted mi compañera
mi hermana, mi amiga y todo
(y en la calle codo a codo
somos mas que un millón)

Es usted una sonrisa
una cena una cerveza
el mas perfecto engranaje
que me ayuda a funcionar.

No fue el destino
quien nos acercó
Fue este gran proyecto
de una patria grande que hay que transformar

Fue nuestra alegría
que llega al cielo en cada marcha
y entre humo de bengalas
tiñe cada una de las almas
llena cada uno de los oídos
y contagia contagia contagia

No fue el destino
quien nos arrimó
Fue la fuerza de saber
Que lo simple está en el pueblo
y que usted y que yo
parecemos un espejo.

poema feliz (rodrigo munidni)

Con esta avenida rota
y los ojos en blanco
y la voz fugitiva
y el alma en pedazos,
poema feliz:
te pido disculpas
prefiero dejarte
para otro día…